Breve Historia del Alano Español
La hipótesis más probable considera que el Alano Español es descendiente directo del antiguo perro llamado Alaunt que utilizaba la tribu Alana para la guerra y el manejo de ganado vacuno en el imperio Sármata (actualmente Asia central), en el siglo I de nuestra era. Siendo éstos famosos por sus excelentes jinetes y perros, a la caída del imperio Romano invaden Europa y conquistan en el siglo V, junto con los Suevos y Vándalos, gran parte del territorio de lo que ahora es España. Al mezclarse sus perros con distintos tipos de perros locales de cada región europea, dan lugar a la gran variedad de molosos que encontramos en la actualidad, como el antiguo bulldog en Inglaterra, el extinto bullenbeiser en Alemania, el alano de vautre (agarre) en Francia o el alano o perro de toro en España.
En el caso particular de España, se cree que el antiguo perro alano, al mezclarse con los lebreles, da origen al actual Alano Español, el cual obtiene las mejores características de cuada uno como lo son la fuerza, el tamaño, el temperamento y la potencia del primero, y la velocidad, agilidad, agresividad y el instinto de presa del segundo.
Durante la edad media, las características del Alano permanecen inalteradas, desde el punto de vista somático, como perro de guerra, de agarre de ganado bravo, de diente en la caza mayor y como un excelente guardián, tal y como hace referencia el rey Alfonso XI en su “Libro de la Montería” en el año de 1350 y en el “Tratado de la Montería” del siglo XV de autor desconocido en el que menciona lo siguiente: "no tomando por hambre ni por premio, sino por naturaleza derecha que le dio Dios" (hoy lo llamamos instinto de presa). Es así que el Alano Español está ligado a las tradiciones ancestrales del pueblo Español como lo es la suerte de toros, en la que un toro bravo es sometido por los alanos españoles mordiéndolo siempre por la cabeza o las orejas hasta dominarlo.
Así mismo, el Alano Español tuvo un papel muy notable para el imperio Español del siglo XVI durante la conquista del continente Americano ya que, por sus cualidades físicas y psíquicas, era considerado como un temible guerrero por los nativos americanos, de la misma manera que causaba tanto asombro en éstos que lo consideraron “una invención del diablo” toda vez que “era capaz de hacer frente a un jaguar”, por lo que se decía que los nativos americanos, temían más a diez soldados con un alano español que a cien de ellos sin el perro, tal y como consta en las crónicas de la conquista de América, escritas por los religiosos españoles de la época.
En el caso particular de la conquista de México, se dice que los ejércitos españoles, marchaban al entrar a Tenochtitlan (hoy ciudad de México), con cuatro alanos al frente, los cuales tenían largos dientes y lenguas y siempre iban con la cabeza baja olfateando el suelo, tenían ojos completamente amarillos y eran manchados como un jaguar.
De esta forma, también se describe la costumbre que tenían los ejércitos Españoles de arrojar a los perros a los indios que se sublevaban, a tal grado que existían alanos que solo se alimentaban con carne de nativos americanos, tal y como se narra en la historia de conquista de los indios Borinquen. Así encontramos a dos ejemplares de alanos español muy sobresalientes por su valentía, nobleza e inteligencia, Becerrillo y Leoncillo (hijo del primero), los cuales lograban tener del ejercito una paga para su dueño mayor de lo que ganaba un arcabucero y que murieron bajo las flechas de los nativos americanos.
Con el auge de los combates entre animales en el siglo XIX, sobre todo en Inglaterra, ya sea entre toros u osos contra perros o entre perros entre sí, se importan algunos ejemplares de Alano Español a ese país para utilizarlos para estos fines, a tal grado que un periódico inglés remarca que el Alano Español “cuando lucha, solo sujeta a su adversario por la cabeza, es silencioso e insensible al dolor”. Así mismo, en la caza mayor, se dice que el Alano Español ataca a su adversario (comúnmente el jabalí) con desprecio de su propia vida, el cual normalmente lo recibe con la trompa y ya sea ileso o abierto en canal, se repone y arremete nuevamente contra él.
A lo largo de tantos siglos de historia el Alano Español ha forjado su temperamento, convirtiéndose en un perro muy serio, que conoce sus capacidades y por ello no duda en actuar cuando las circunstancias así lo requieren, pero a la vez muy equilibrado, noble, gentil y protector con los suyos y muy valiente y desconfiado con los extraños.
Aún siendo el Alano Español una raza que cuenta con más de XIV siglos de historia y con la mayor reseña pictográfica de la península Ibérica, como se demuestra en las pinturas de Velázquez y Goya o los escritos de Cervantes y Lope de Vega, se especulo en la década de los 80´s sobre su extinción, pero gracias a un grupo de entusiastas se encontraron y rescataron unos cuantos ejemplares típicos en las Encartaciones, en Vizcaya y algunos otros sitios apartados del mundo moderno en donde la caza y el manejo del ganado bravo, en especial de la raza Monchina, siguen siendo parte de la vida cotidiana, por lo que en la actualidad podemos asegurar que el antiguo Alano Español está plenamente recuperado, pero aún queda mucho camino por recorrer para lograr que sea reconocido oficialmente como raza en las Federaciones Caninas de todo el mundo y con ello incentivar la crianza y reproducción responsable de estos maravillosos animales por gente comprometida con la raza.